lunes, 11 de febrero de 2008

Te dejo la vanidad, úsala como mejor sabes

Tomaré la vida que en tu recuerdo yace, la apuñalaré 15 veces con mi lapiz. No, mejor lo haré 20 veces, porque ya no te deseo, ya la lasciva no te pide más, menos aún mi pecho. Se encuentra solo, mi pecho, pero no te extraña.
Sí está necesitado pero no de ti, jamás de ti. Una vez tuviste un campo especial en él, pero no más, ya descartaste el amor en él, lo descartaste por un barato momento, ¿con quién habrá sido?

No interesa, no tiene relevancia tu traición, solo tiene relevancia esta nueva vida que nace, este nuevo futuro que aro para mí, que construyo con piedra y sangre, pero felizmente sin lágrima. Sé que no va a ser fácil, pero no importa, la simpleza de las cosas la abandoné a tu lado, en ese simple y vacío lugar. Se veía caliente, pero ahora sé que es frío, no hay abrigo, no hay nada ahí. Y perdona si te dejé con menos, aunque menos de lo que eres es imposible ser. Hasta tu máscara me llevé.

Pero ya no llores, muchos hombros te cobijaran, o por lo menos lo harán hasta que te dejes caer de nuevo, hasta que sucumbas otra vez ante el vicio de la carne.

No hay comentarios: