martes, 16 de marzo de 2010

Señores y Señoras

Sigo en el delirio y sigo desafinado. Distraído por la fatiga pero igual esperando que en algún lugar haya una placita para cruzarme la cabeza con lo improbable.

¿Cuánto cuesta incluirse entre hermanos y hermanas?

Se opina que es algo simple, pero se crea con faltas ortográficas, con citas mal colocadas y ¿qué pasa si no llegan?

¿Cuál es la parte que más se quiere de estas costumbres celestes?

Ninguna, sobre todo cuando llega la consciencia de vivir con la mano sobre el corazón, ocupada en elegir, señores y señoras, sus juegos con la muerte.

¿Dónde está el mérito en cuestionarse toda forma de confianza?

Digo esto con la poca saliva restante, con unos cuantos sonidos y sin saber dónde me dejará tendido esta crisis.

-Recuerdo que Don Francisco antes era más viejo y que yo creía en las especies animales. Sé que mi cabeza estuvo en su vientre, que yo mismo soy una bestia. Es confuso controlar los números, atar y cavar-

Lo que pasa es que las oportunidades entran bajo tierra y que cada día siento que me creen menos todo lo que digo.

viernes, 12 de marzo de 2010

Flotas

Yo creo en el amor más que en mis ojos

y más que en el poder y el entusiasmo


Porque de tu piel nadie se puede quejar, porque se cumple lo que me promete. Y las perspectivas se cambian en segundos y si un día me empapo de malos humores y me voy de puños a la tristeza, hoy sé que tenemos ventaja, que nada va a cambiar que durmamos en silencio, que nos envolvemos en risa.

Yo sé que existe esa noche dolorosa, que nos maltrataremos más esperando lo inevitable, pero qué bueno es tu amor para espantar el miedo al exilio.

viernes, 5 de marzo de 2010

Portal

La desesperación sale por las comisuras de la boca, se filtra para desacomodar el acorde de tener una vida y saber qué hacer con ella. La desesperación deletrea un caos que acaricia, que vibra entre estas pestañas y que se refugia en una respiración cada vez más lenta, como quien llena un vacío con lo imposible, que está a mano.

Me toquetea y se efectúa en recuerdos, cae y penetra. Somos consciencias separadas. Ahora la desesperación aparece con cada rostro familiar, por la falta de roce. Esta desesperación es no tener hambre, sobrevivir la asfixia; la desesperación es no conocer otra cosa.