domingo, 3 de febrero de 2008

Nueve

Vi un verde, después un amarillo, ahora creo que es café. Pero ahora lo único que tengo es el recuerdo de sus ojos, no sé cómo son, no sé qué me dijeron en algún momento, solo sé que me lo dijeron. Me cambiaron, me dieron valor para buscar algo mejor, no fructificó, pero el valor quedó y tal vez por eso ahora puedo afrontar esto, la soledad, la desesperanza.

Metí mis dedos en la arena, cavé, no estaba allí. En el mar la busqué, me distrajo una sombra en el atardecer, mal presagio creí. Ahora de vuelta en cuatro paredes se me pierde, me deja sin recuerdo, una foto con colores vivos dice que no es tan lejano, pero la luna sabe que no volveré a vivir sus ojos. Realmente nunca los viví pero sonreía más, ella reía. Es fácil recordar viejos sentimientos, tomarlos y transformarlos en algo nuevo, como esta amistad, que me sacia, que me llena y da valor, como alguna vez me dio para equivocarme, para confundirlo todo, pero ya está claro y estoy alegre. Ya no veo la infinidad de versos, solo nueve lindas letras...

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