miércoles, 15 de febrero de 2012

Posdata 2.

Escribo esto luego de que los fragmentos previos han sido entregados, se entenderá entonces el camino por el que corre la posdata número 2.

(no) Podría ser peor. Ahí estoy. Escribo esto en el edificio al que nunca voy a volver, me sonríen profesores que nunca volveré a ver. Ando en el bulto un mantel de un picnic al que nunca voy a volver.

Es hora de volver a leer, la vida me ha cansado. Los niños no están hechos para vivir en el mundo real.
El perro quedará ahí. Le llevaré galletas cuando sienta nostalgia.

Solo puedo pensar en la dedicatoria del hermoso poema Tabaré, de Juan de Zorrilla de San Martín. Transcribo ahora el principio y final del mismo, lo que está en el medio importa ahora tan poco.

- A mi esposa Elvira Blanco de Zorrilla

[...]

Nota 1. Después de escrita esta página que respeto hasta en sus incorrecciones, antes de darla a la prensa, mi esposa ha muerto... He bendecido la voluntad de Dios que me la dio y me la quitó; he ofrecido a Dios, como holocausto propiciatorio, los pedazos de mi corazón que él destrozó. Con la absoluta evidencia de fe, solo veo en el dolor el mundo de las divinas misericordias. Sea.

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