sábado, 5 de noviembre de 2011

2046

En el año 2046 la vida seguirá siendo una mierda, el mundo seguirá poblado por los mismos animales, lindos como las moscas.

En el año 2046 la tierra habrá dejado de ser redonda y Hitler habrá ganado la guerra. Pero eso a nadie le importa. A mí se me habrá caído todo el pelo y vos recurrirás al alcohol hueco para buscarme. Y tendrás razón. Lo que pasa es que en el 2046 yo ya estaré muerto.

Te parecerá injusto el que te haya dejado las gotas aplastadas de la lluvia todas para vos, pero no me importará, ya estaré muerto, habrá pasado el proceso natural. Primero mis órganos cumplirán todas sus funciones, luego mis órganos incumplirán todas sus funciones. Estaré bien.

En el 2046 habrán pasado 35 años, muchas veces. Ya los niños estarán grandes. Ya los niños serán más viejos que yo, en cualquier momento. Muerto a los 13, yo, muerto a los 20, muriendo desde los 21.

El precio del incienso estará por las nubes en este año, del que ya las historias hartan. La masturbación dejará de ser penada por la ley, eso tal vez les importe a algunos, a los que todavía creen ver personas caminar de la mano por la calle, pero eso no es amor, son besos.

En el 2046 se habrá atascado el mundo, el pasado estará a demasiado asfalto de distancia como para recordarlo. Nos será imposible llegar al 47 mientras estemos en el 46.

En el año 2046 el idioma será algo tortuoso, como seguramente ya se habrá notado. Los perros llevarán a cabo la vieja tarea mandibular de los hombres. Las mujeres despertando todos los días con los vientres mordidos por dentro. Sus costillas ya no serán arboledas, serán túneles sucios por los que los bebés intentarán escapar. Todavía se le irá a dejar comida a los cuartos de los muertos, pero sin la ingenuidad de esperar que alimentándose vivan para siempre.

El 2046 ya parecerá muy tarde para que se acabe el mundo.