domingo, 3 de enero de 2010

No siempre fuimos obras de armonía

No siempre fuimos obras de armonía. De lo que se puede llamar vuelo directo al paraíso diario. Copas altas y manos abiertas.

Ahora se escriben ficciones todos los días y se aman patrias abstractas. Ahora te conozco patria abstracta, nuestra fugacidad.

Aquí podemos contar los punzantes infinitos, a veces hasta ver, con sonrisa cómplice, la venenosa tierra enemiga.

Y no me creas cuando te diga que este río es todo lo existente, ni siquiera cuando sepas que no estoy mintiendo.

Recibamos la noche como el cuenco que acarrea nuestro idioma.

Presencia en el aire.

Lumbre y eco.

Breve dios.

Ciega cósmica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustó, de verdad :)