domingo, 1 de noviembre de 2009

Acaso importa que el Diablo sepa mi nombre.

Estas son manos mutiladas que te tocan. Este es un adolescente cansado, un hombre diminuto.

A veces soy un niño muerto que fuma tabaco. Imposiblemente real. Con tantos sueños como arena.

Yo te beso el oído. Te pido que creas en mí, no como en Cristo, sino como se cree en la naturaleza, en las estrellas extintas, en lo indefinido.

En mi pecho suena un leve ruido de columpio. Yo te traigo un legado breve, pero maravilloso. Todo desde la ventana de mi cuarto. A veces vencido y perplejo. A veces con historias y convincente. A veces con una memoria venérea o como un cadáver feliz.

Yo no creo en las mareas, en la insoportable repetición. Yo, jamás tocado por una prostituta, pero con pactos con el Diablo.

Yo te traigo flores obscenas y un beso con ruptura de límites.

Porque te siento en el estómago.
En el pecho.
En los 5 dedos de la mano.

4 comentarios:

Camila dijo...

fruto de Kundera.

:)

Diego dijo...

Lo mejor en meses mae, demasiado bueno.

Este post le pateó el culo a Mila jaja.

Juanjo dijo...

Ahora me lo terminé, Mililla. El martes lo hablamos <3

Diego, no sea conflictivo ;)

Camila dijo...

No no Diego, esta bien ataquemos a Mila, xq Mila no tiene sentimientos =(