jueves, 26 de noviembre de 2009
Hipersensibilidad
Habita
Como dulce fusil que apunta
A la cabeza
Ubicado; altura de pecho
Y padre de silueta desprotegida
Por desnudez.
Esto que siente
Y llamo
Casa restregada, que porta mis mejillas
Y mi color de ojos.
Con esto,
Hay que preguntarse
Si se prefiere un para siempre o
Echarse a morir.
martes, 24 de noviembre de 2009
Certezas
Que nos conocimos cuando
Yo te dije que no tenía otro lapicero
Es imposible afirmar
Que sólo faltó que me volvieras a ver
Para sentir pena por todas las demás
Es simple negar
Que sin saber tu nombre
Sentí mojar mi pecho
Es claro que
No tengo una opinión violenta
Pero lo que arde aquí
Espera tu parpadeo
domingo, 22 de noviembre de 2009
Leves nociones
Cuando todos se callan sé que por fin te escucho. Que aquellos que dicen conocerte se equivocan; yo a veces te conozco porque sé lo que no sos.
Porque sos orejas perforadas, nariz recta. No sos piernas ni hombros, ni tetas, ni kilómetros por hora.
Sos diciembre, frío, largos ratos
Sos evolución, sobrevivencia, juegos sin llanto
Sos lunes inevitable, miércoles cristalino, viernes infatigable
Y caricia en cada dedo y daydreaming y papelitos imprescindibles y signo de libertad.
Sos trinidad, vino, toda mi piel.
jueves, 19 de noviembre de 2009
But in my head I want more
Hay que aprender a pintar con tiza el piso, a dibujar con crayolas, a poner plasticina en los zapatos, a reírse de las mentiras.
Te llamo por tu nombre de pila esperando una reacción, en cuanto a ausencias, las disperso. Y agradezco que me situaras en sotavento. O barlovento. En mi reino misterioso.
Insisto tal vez demasiado, pero esta independencia no me ayuda.
no se pondrá de acuerdo con nadie no lo hablará no responderá no se disculpará
sábado, 14 de noviembre de 2009
Sospecho del año nuevo
Me siento en el lado polarizado de su vida
¿Qué va a significar no hablarte estos días? No sé, pero afuera llueve estúpidamente. Pasan ruidos de cadáveres borrachos e inocentes, todavía te rondan creo yo. Y se me hace simple decirles adiós y no extrañarlos, pero vos tenés tu itinerario, sabes exactamente cuando volver a ver el espejo en el cielo raso.
Porque no entendés el poder de la palabra, no sabes lo manchadas que están a veces. Vos no comprendés lo terrible de la recurrencia, que a escondidas enciendo cigarrillos para inmolar recuerdos, despedirlos mediante el humo y luego caer acostado en cada acera suciamente ilustrada, porque en estos días las calles son una mentira que invento y no creo.
Por eso, todo parece que antes tenía ojos, que se completaba el animal, las figuras de luz, estas tontas uñas. Y si todo esto sirve para traer de vuelta el brutal y alegre gozo, contemplaremos como todo fue juego al borde de la noche.
Luego el mundo se irá como el breve gato del techo vacío, se esparcirá, se lo llevará un huracán de manos perfumadas. En eso nos convertiremos. En piernas entrelazadas, una espuma de idiomas, ridículas siestas, dorso expuesto, puente de pensamiento.
Y como si no faltara más, volveremos a morir, impregnados de glorias y de pestañas caídas. Recordaremos que por esa esquina desesperamos hasta los huesos, que allá te olvidaste de todo y yo me vacuné tu verdadero nombre.
Pero ¿qué pasa si volvés a callar todo? Mi inconforme cara tendrá la sonrisa de siempre, mi mirada se obligará a escrutar el té, a medianoche sentiré vergüenza.
Le echaré una ojeada a aquello que se llama melancolía.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
We have seen the enemy.
A veces en las noches yo sé que te gritan los caníbales, que sus voces te guiñen y te esperan en las esquinas. Siempre vuelven con cada ejemplar único, con objetos de arte perverso, dentro de los almuerzos incomunicados.
Ellos saben que tenés sangre. Sus gargantas traen el fin de la partida, pero hagamos que se atraganten con sus uñas. Que vuelvan con sus encogidas manos, con sus manchas por corazón, con sus ojos por memoria y memoria por ojos.
Pero, hagamos algo.
No somos colegas perpetuos
Ni sociales, políticos.
Bestiales.
Dentro de planos
Oscuros o transparentes (algunos días inaccesibles)
Tenemos nuestra pasión.
El leve tacto.
El juego de las manos
Con los dedos
Y viceversa.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Acaso importa que el Diablo sepa mi nombre.
A veces soy un niño muerto que fuma tabaco. Imposiblemente real. Con tantos sueños como arena.
Yo te beso el oído. Te pido que creas en mí, no como en Cristo, sino como se cree en la naturaleza, en las estrellas extintas, en lo indefinido.
En mi pecho suena un leve ruido de columpio. Yo te traigo un legado breve, pero maravilloso. Todo desde la ventana de mi cuarto. A veces vencido y perplejo. A veces con historias y convincente. A veces con una memoria venérea o como un cadáver feliz.
Yo no creo en las mareas, en la insoportable repetición. Yo, jamás tocado por una prostituta, pero con pactos con el Diablo.
Yo te traigo flores obscenas y un beso con ruptura de límites.
Porque te siento en el estómago.
En el pecho.
En los 5 dedos de la mano.