Cuando uno espera mucho que las gotas caigan, siempre caen. Y esa fricción de cuerpos que no se encuentran, no aplica para nosotros.
Yo sé que no es tan fácil tocarte, con un dedo siquiera. Que cuando estamos juntos debemos hacer otras cosas, hacer sombras con la luz de la luna, beber de la risa. Y es que a mí me daba miedo que nada estuviera pasando, que la arena tuviera que seguir esperando.
Estas miradas ya no se desconocen, ya tuvieron cien años tibios, algún pueblo pretendido, cosas extintas. Este clima es sano, como si fuera de antaño. Nada hay al margen. Te estoy escribiendo.
Mi boda
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Soñé que de repente estaba en una boda dentro de una iglesia pequeña y de
color verde agua en un lugar desconocido de alguna zona rural; poco después
me di...
Hace 7 años
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