martes, 28 de abril de 2009

La ciudad está despoblada.

Hay cosas que se cuidan porque no valen la pena y se esperan para no verlas pasar. Porque no importa lo que traigan, ya que nada nos pretendemos llevar y no importa lo que digan porque no producen más que desvelos.

Y no me acuerdo de cuando me pidió una taza y yo le soplé el cabello. Ni que la tos se vuelve de barítono porque las palabras se quedan cubiertas en la garganta. Es que hoy se oyen cánticos de piel quemada, cuando se ve que las caras se acercan y uno no se acuerda de nada.

Porque hoy no hay nada que llorar. Alajuela es un desierto.

3 comentarios:

CATA dijo...

:S

Alajuela y abril no hacen pareja.

otro síntoma de escritor.

<3

Camila dijo...

incae? caras se acercan y uno no se acuerda de nada.

jajajaja :S

Juanjo dijo...

Ay, Milagros...