jueves, 17 de septiembre de 2009

Sorprenderse, extrañarse, entender.

Aquí y ahora, no quiero hacer nada igual que antes.


Vamos, decime, contame todo lo que a vos te está pasando.


No sé si te diste cuenta, pero hoy estábamos en otro sitio. Yo no leía ahí. Sí rozaba tu pierna y me oías murmurar, pero en realidad no había paredes. No había nadie más.

Tal vez vos querías que no hiciera calor en ese momento, que estuviera un poco frío, tranquila, lo podés escoger. Por mi parte, me gustaría que me dijeras que vos también te sentías en otro lugar, que podíamos estar en silencio y que nada más importaba. Que el leve tacto y el aroma del otro bastaban.

Muchas veces he tenido la posibilidad de decidir, de que se haga como lo digo, pero eso también cambia, algo diferente entre nosotros se gesta y llegará el desenlace y eso no me preocupa porque no quiero hacer nada igual que antes.

Quiero ser honesto y no molestarme porque no contés todo, ya llegará cuando me digás más, porque esto hace mucho dejó de ser cualquier cosa.

Ahora caigo en la tentación de nunca lavar una camisa.

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